Un estudio realizado por los Doctores Ian Deary y Simón Cox en la University of Edinburgh, basado en los estudios Lothian Birth Cohorts (LBC) y publicado en Genomic Psychiatry el 7 de noviembre de 2024, rastrea las capacidades cognitivas de los participantes desde la infancia hasta la octava década de vida. El principal resultado obtenido es que aproximadamente la mitad de la variación en las puntuaciones de las pruebas de inteligencia en la vejez se pueden atribuir a la capacidad cognitiva infantil. "Esto significa que poco menos de la mitad de la variación en la inteligencia en la vejez ya estaba presente a los 11 años".
Para este estudio se aplicaron Encuestas Mentales a casi todos los niños nacidos en 1921 y 1936 en Escocia. Dentro de los resultados más relevantes están que el envejecimiento cerebral varía drásticamente entre individuos de la misma edad, que los patrones de metilación del ADN pueden predecir el riesgo de mortalidad, que una mayor inteligencia infantil se correlaciona con mejores tasas de supervivencia y que la genética influye en la inteligencia de manera diferente en la infancia que en la edad avanzada. Esta información dio origen a nuevas inquietudes como, por ejemplo, cómo se relaciona la estructura con la función cerebral, qué factores contribuyen con estas diferencias, si podrían modificarse mediante intervenciones en el estilo de vida y qué relación hay entre el origen de la persona y su estilo de crianza, en el desarrollo cognitivo.
Nombre completo del artículo: “Lessons we learned from the Lothian Birth Cohorts of 1921 and 1936,” Disponible en la revista Genomic Psychiatry. Libre online en https://url.genomicpress.com/546yyhuy.